domingo, 16 de diciembre de 2012

Querido amigo

El viento arrecia.
El sol comienza a aparecer sin hacerse notar. La oblicuidad de la tierra en su viaje anual al rededor del astro, esquiva con dulzura el calor. Es un día fresco de invierno.
Hoy sábado, viento, sol, vacaciones de Navidad. Bueno, aún no, sólo unos días más. Que buen día para estrenar la tabla.
Un poco de té moruno primero. Seguro!!.
Té verde, Té rojo y unas hojitas de hierva buena. Muy caliente con mucho azúcar, solía decir.
No lo entiendo, nunca conseguí que me saliese igual. Pero reconozco que lo disfrutaba cada vez que nos veíamos.
El ponía el té y yo las galletitas de canela. De dos en dos, saben mejor!!.
Sabía que si le llamaba a las cinco, hora británica del té, le encontraría como siempre en su despacho, trabajando. Trabajando mucho, pero eso sí, con su té moruno.

El viento arrecia
Sentado mirando al mar. Perdido pensando en.... no se piensa cuando estás sentado en la toalla mirando el mar, sólo observas, te evades, notas el viento.
Norte...
Qué pena, ojalá fuese levante, eso sería ideal, pero norte..... viento de tierra a mar. No es aconsejable hacer windsurf en esta zona con norte.
Que maravilla de día. El mar está casi plano, el sol brilla, pero sólo brilla.

Sigue sentado, mirando a ninguna parte. De repente, algo le llama, algo le atrae. Ese es el misterio, el gran poder del mar. Te atrae, no puedes resistir su llamada, sólo dices... Bueno sólo entrar y salir. Al fin y al cabo no hay muchos días así en invierno.

El viento arrecia
Mano izquierda en la popa de la tabla, derecha bien asida a la botavara, pero sólo para pasar la rompiente. Inclina su cuerpo agachándose en el agua. Hay que dejar pasar un poco de mar por el neopreno. La fina capa de agua salada que queda atrapada entre su cuerpo y el traje se calienta rápidamente, manteniendo las ganas de navegar, pues sin traje, no se podrían resistir los 12 grados que el mediterráneo brinda en esta época del año.
Menos mal que no es el Cantábrico. Su mar. Mucho más frío. Aquí, en el sur, da gusto, ni tan sólo lleva el traje de invierno, solo un neopreno corto más propio del pleno verano.

El viento arrecia
Todo su cuerpo dentro del agua. La vela bien trincada en su mástil y  este bien unido a la botavara. Con esta tabla hay que subir con la ayuda del viento y desde el agua.
Sus pies descalzos bien sujetos por la cinchas, arnés listo y sus manos fuertes, sujetan la botavara. Sube la vela, el viento le sube a la tabla, poniendo rápidamente "agua de por medio".
Qué rápida es

Una toalla y una Cocacola siguen mirando al mar.

Una toalla y una Cocacola es todo lo que encontraron. No volvió. El sábado día 8 desapareció.
Sigue navegando pero ya no es lo mismo. Ya no siente frío, ya no le duelen los brazos.
El mar rompe sobre su tabla y sus pies cortan el agua a más de 18 nudos. Ya no siente miedo, ya no está cansado. La vela es ligera, ya no pesa. No mira atrás. Navega, navega, navega.
Ya no tiene sed. El sol brilla pero ya no puede verlo. Quizás es que anocheció, o quizás amaneció, no puede saberlo.

El mar es ahora su hogar

El viento amaina.
Una niña está triste. No llora. No puede. No le quedan lágrimas, lleva una semana llorando, esperando un milagro y que papá aparezca. Pero no lo hará. Ella lo sabe, pero no quiere que llegue la navidad hasta que no vuelva papá. Se mira al espejo para verle los ojos.
Siempre que lo hace ve los ojos de su padre. Esos preciosos ojos azules que le llenaban de orgullo.

El miércoles día 12 apareció un recordatorio en mi Outlook. "llamarle para despedirnos".

No puedo llamarte amigo, ni siquiera a las cinco. No puedo llamarte, pero si puedo recordarte.
Cada vez que navegue estaré contigo. Se que tu estarás allí con tu tabla nueva mirándome y sonriendo.

Navegando por el mar por toda la eternidad.

Te echaré de menos I.N. mi buen amigo.


PD:
El día 8 de diciembre mi buen amigo desapareció. No quiero decir su nombre, ni la playa donde desapareció pues google lo encuentra todo y no  me gustaría que sus conocidos o amigos intentando encontrar noticias sobre él leyeran este comentario.




miércoles, 28 de diciembre de 2011

Ezequiel

He tenido oportunidad de leer muchos libros de historia, pero es la primera ver que puedo "hablar" con uno de ellos.

Se llama Ezequiel, extremeño de nacimiento  y madrileño de adopción. Nació en 1920 hace tan sólo 92 años.
Ezequiel, es un libro viviente de historia, de la historia más dura del siglo 20, de la historia de nuestro país.
Tras mi corta entrevista con él, me di cuenta que acababa de estar hablando con un uno de los últimos supervivientes de la guerra civil española.

Su memoria prodigiosa, me transporta rápidamente con todo detalle a 1936, cuando con sólo 16 años y dejándose llevar por la ignorancia de un muchacho de pueblo, va a dar con sus huesos, y nunca mejor dicho, pues el hambre formaba parte de la dieta de muchos españoles de la época, en un batallón de republicanos destinados a la defensa de Madrid.

Junto con otros jóvenes de su edad, decidió alistarse voluntario, como no, al bando equivocado, es decir al bando de los perdedores.
O lo mataba la guerra, o el hambre, o Franco o las tres cosas a la vez, pero Ezquiel es un superviviente, y ninguno de los tres pudo acabar con él.

Lo más leve, fueron las dos heridas de bala recibidas durante los tres años y medio que participó en la defensa activa de Madrid.
Al acabar la guerra, y en lugar de se ser fusilado como la mayoría de los voluntarios "rojos" fue enviado de inmediato a un campo de trabajo, donde sufrió lo indecible durante otros 18 meses.
Una vez liberado del campo, fue arrestado y conducido a prisión donde él esperaba lo peor.

- Cada día se llevaban a unos cuantos. Un día a dos, otro a tres, pero nunca volvían. Esperaba pacientemente que legase mi hora.

La suerte se alió con Ezequiel una vez más y salió de prisión, pensando que su vida cambiaría a partir de entonces.
Lo peor estaba por llegar.

- Y entonces, me fui al servicio militar...

Tres largos y dolorosos años de servicio militar en la España franquista de la postguerra. Pasando penurias por Galicia, León, Valencia y vaya usted a saber.

-Con que voluntario eh??'
- Estábamos comiendo, cosa que no ocurría todos los días, cuando un teniente coronel se acercó y nos dijo. 
´Qué os parece el rancho?
Un pobre infeliz se levantó y le dijo: Mi teniente coronel, la comida está muy buena, pero es un poco escasa. 

Ezequiel levanta la vista y mantiene un largo silencio. Un silencio que delata su angustia, pues su recuerdo es tan claro que parece que lo esté visualizando de nuevo.
Maldita buena memoria...


De un puñetazo, le reventó el oficial la cara al soldado.
Este ensangrentado mira perplejo al hijo de su padre., que de inmediato avisa al cuerpo de guardia para que le fusilaran. 
Los perros tienen más derecho a la comida que vosotros!!. Dijo el teniente coronel mientras se marchaba escupiendo.


- Prefiero morir en la guerra, que de de hambre en este infierno. Me alisto a la División Azul, pues seguro que  allí donde fuere estaré mejor.

La memoria de Ezequiel es infinitamente más buena que sus decisiones, pues la División Azul lucho en tierras rusas en el invierno en que calló el 6º ejército alemán a manos del ejército rojo.

- Ezequiel ...!!!! 
- Presente!!!!, 
- deje usted su arma y diríjase al patio.


Allí, se encontraban otros compañeros con cara de asustados, y con pinta de radiografía de cuerpo entero.

- Nos metieron en un camión con rumbo a lo desconocido y probablemente con billete sólo de ida.
- El oficial detuvo el camión para tomar algo, cuando uno de sus compañeros se atrevió a preguntar por su destino. 
- A casa del general, pues tenéis que construir una pista.


Por primera ver durante la entrevista, veo una especie de sonrisa en su cara.

- Los mejores 6 meses de mi vida. 
Teníamos comida. Trabajábamos...... pero teníamos comida.

Esto, es sólo un prólogo de la vida de Ezequiel. Una vida que forma parte de nuestra historia. Un libro que se ha escrito con sangre durante 92 años y que aún podemos leer.
Ezequiel debería estar en la biblioteca nacional, archivado en la "h" de historia, o en la "s" de supervivientes, o en la "a" de anónimo.
Ezequiel sigue luchando por sobrevivir. Problemas respiratorios serios, su puñetera cadera izquierda y mil quinientos achaques, le impiden salir a pasear por el invierno madrileño, pero no le impiden contar su historia pues su memoria... su memoria histórica....

Sigue intacta

Gracias Ezquiel, por dejarme leerla.

Manel.

domingo, 26 de junio de 2011

12 millas

22,22 Km. son 12 millas.

Quizás no parezca mucha distancia en tierra, pero en el mar, es suficiente para perder de vista la costa.
Ni las torres Maphre, ni la torre Agbar, ni Monjuic o el Tibidabo son tan altos como para dejarse ver a dicha distancia.
12 millas es el límite de navegación de un Patrón de embarcación de recreo.
12 millas es donde acaban las aguas territoriales españolas, es decir, donde nuestro país deja de ejercer una total soberanía. Que no es lo mismo que la zona económica, la cual dista 200 millas de la costa aunque en el Mediterráneo, no está definido.
12 millas es la distancia donde, legalmente, se considera "alta mar".
12 millas es donde comienza la llamada "zona contigua". Esta zona fue establecida a nivel internacional para la prevención de delitos.

El día 25 de junio decidí "ir" a visitar la línea de las 12 millas.
Buena previsión de día, de sol, y de viento. Una buena oportunidad para estrenar el recién asignado "Caballero Cid". Hermano gemelo del Nanna 1 y que será en adelante mi nueva montura.
Desgraciadamente la vela de proa tenía roto el tensor de la baluma y no podríamos desplegarla en su totalidad.
Dani, Ester y Diego me acompañarían en tan osada aventura.
(si bueno, son sólo 12 millas, pero seguro que Colón, Magallanes, o Cook empezaron así).

Salimos de puerto a las 8:00 HRB u sease, a las 10:00 Hora cristiana. Algún día alguien me explicará porqué la hora en el mar es la hora de Uso y en la tierra la hora que le da la gana al gobierno.

Mi tripulación, un tanto inexperta pero con unas ganas locas de pasarlo bien.
Justo dejar por babor el espigón de entrada del puerto de Barcelona, desplegamos la Mayor y ponemos rumbo 127º (directo al puerto de Túnez). Desenrollamos el Génova a 3 cuartos, pues un tremendo roto en la baluma hacía poco aconsejable desplegarla por completo sin poner en riesgo la integridad de la vela. Y, por fin, paramos el motor.

La vela mayor tiene forma de triángulo. Sus tres lados se denominan Gratil, Pujamen y Baluma. La Baluma es la hipotenusa de la vela.

Un garví fantástico (viento térmico procedente del SW) y un sol espléndido, presagiaban el día que nos esperaba.

Con un viento tan constante, y la mar plana, lo mejor que puedes hacer en un velero es poner el piloto automático y disfrutar de la singladura.
Y así lo hicimos, con la firme decisión de llegar a la línea de las 12 millas.

No me acostumbro, siempre me ocurre lo mismo. No puedo dejar de mirar al horizonte. La tierra.....
pero qué más da la tierra ahora.
Fussss, fussss, fussss. Es el sonido del casco cortando las olas. No puedes, no debes oír nada más. Es fantástico.
Como siempre, vas dejando una estela de espuma, estrés, mala sombra y malos ratos.
Y sonríes.

A las 12:00 HRB llegamos al punto 41º 14,28´ N.- 2º 23,93´E. Que desilusión, no hay nada. Ni un muro, ni un peaje, ni una línea blanca, ni una alambrada.
Claro, en el mar, no hay de estas cosas como en la tierra. Cuando navegas no existen barreras mas que tus propias limitaciones. Ojalá fuese igual en tierra firme.

Barcelona ya no está. Ha desaparecido en la bruma del horizonte. Si, esta vez el Horizonte tiene 360º.
Mi tripulación, cansada de tomar el sol, patatas fritas y bocatas, decide intentar batir el récord de agnea. Paramos el barco y plegamos velas. Hay que "bañarse" en alta mar.
Profundidad de sonda 400 mts. (como para tocar con la cabeza al suelo durante el salto). Un cabo atado al salvavidas, garantiza que no tendremos que arrancar el motor para recoger a alguien.
Dada la prudencia que ha de caracterizar siempre a un buen patrón, decido no bañarme y quedarme en el barco mientras toda la tripulación, es decir, los tres elementos en cuestión, disfrutan de un baño único a 22,22 km de la costa en un agua azul turquesa, limpia, transparente y a su temperatura ideal.
Seguro que tardarán en olvidar este baño.

De nuevo a bordo. Decido poner en práctica mis conocimientos de navegación, recién adquiridos durante el curso de patrón de Yate.
No usaré el GPS pero si las cartas de navegación. En este caso, electrónicas claro. Seguro que el Capitán Cook, hubiese dado un ojo de su cara por tener un Ipad. Pues que hubiese ingresado su nómina en el BBVA como lo hice yo.

Rumbo 305º, distancia a la bocana del puerto, 12 Millas náuticas. Viento SSW 15Kn a 60º de aparente.
QUE MARAVILLA!!!!.
El viento térmico mantuvo su dirección todo el día y fue incrementando durante la tarde, llegando a puntas de 20 nudos. Lo que nos llevó 4 horas de ida, se convirtió en 2h 30 minutos por la tarde.

Los cálculos fueron certeros y llegamos a la entrada del puerto de Barcelona sobre las 5 de la tarde.
Cansados y tostados, nuestros ojos y sonrisas delataban el día que acabábamos de pasar. Con la satisfacción de haber cumplido nuestra misión llegar a....

12 millas

Lo mejor del día, sin duda:
El mar y la compañía.

PD:
Eché mucho de menos a las niñas. Ellas son mis velas en tierra y me hubiese gustado compartir este día con ellas
Seguro que habrá muchos días así en el futuro donde las
veré cazar el génova (espero ya cosido) a mi lado mientras ponemos rumbo de nuevo al horizonte.


Buen viento
Manel.

jueves, 3 de marzo de 2011

Tengo un Hada Madrina

Cuando el mar está embravecido lo mejor que puedes hacer es navegar mar adentro, lejos de la costa, donde las rocas y banco de arena amenazan con embarrancar la nave.
Siempre hay un nuevo mundo más allá del horizonte, pero no lo vemos, pues la tierra es redonda y no plana y con forma de palangana para que no se caiga el agua (como piensan algunos).
Un nuevo mundo te espera y ya has entrado en zona de elíseos que te llevarán a toda vela a tu nuevo destino.
Gracias por tus comentarios y por otras cosas. Me alegro de que estés a bordo de mi vida y que seas

mi Hada Madrina.

domingo, 20 de febrero de 2011

Domingo 20 de Febrero

La mañana prometía lluvia. El cansancio por la falta de sueño de la noche anterior, unido al gris de las nubes y el mar, daban un aire místico al Nanna 1 que esperaba paciente como siempre a sus tripulantes.
Pronto largamos amarras. La vista en blanco y negro del Port Vell nos trasladaba a principios del siglo pasado. Una visión que se desvanecía al instante al pasar por proa de los lujosos buques que están atracados en la salida de la bocana y que te recuerda que estás en el 2011.
Rumbo sur. 180º procurado dejar la bolla "N" por estribor para no meternos en el gran canal de entrada de buques al puerto de Barcelona.
Se levanta la brisa. El mar se riza, la mayor se hincha y las lanitas del Génova nos indican que estamos bien trimados y a rumbo correcto. Viento del SW. Podríamos ceñir hasta el "gran sur"?. No lo creo, pero ya quisiera.
Cuando estás en el mar, la tierra desaparece. La tienes ahí, a sólo unas millas, incluso puedes verla, pero no sentirla. La miras, pero ya no sientes ni oyes nada. Sólo el viento.
Vuelves a mirar por encima del hombro, pero no es allí hacia donde vas. El horizonte te atrae, quieres ir hacia allá. Aunque parece que no hay nada, una fuerza extraña de atrae y otra no tan extraña, el viento, te lleva.
Cuando navegas, la tierra y lo que hay en ella deja de existir por unas horas. Parece como si apretases el botón pausa de la vida, entrando en un mundo diferente.
Ojalá pudiésemos apretar el mismo botón estando en tierra firme.

Quisiera aprovechar para dar ánimos a una persona muy querida que por unos días ha perdido su rumbo pero que seguro pronto recuperará. Su fuerza y su carácter la hacen una persona muy especial.
No navega sola, tiene una buena tripulación que le ayudarán a atravesar este temporal.

Buen viento
Manel

domingo, 9 de enero de 2011

Nanna 1

Bonito nombre para un barco, aunque para ser sincero, no se lo que significa. En todo caso lo importante del Nanna 1 es que es un precioso velero de 36 pies (unos 11 mts) despachado para 12 millas y que en lo sucesivo, será la montura con la que cabalgaremos el Medirerráneo por la zona costera de Barcelona.

El día 8 de Enero se preveía como un día soleado con un viento moderado del SW, lo que en Cataluña conocemos como "garvi", y así fue.
Ya en la salida de la bocana del Puerto de Barcelona, pues el Nanna 1 está amarrado en la Marina Port Vell, se presumía el espléndido día que nos esperaba. Unos 10 nudos de viento aparente a las 10 de la mañana es un buen presagio.

Tomamos rumbo SE con viento del SW y navegamos durante unas 7 millas amurados a babor, haciéndonos con el barco y con los aparejos. Aunque es la primera vez que navego con el Nanna 1, no es la primera vez que lo hago con un Janeau, y tampoco es la primera vez que lo hago con la vela mayor enrollable.

Reconozco que el izado tradicional me atrae más que el enrollable, pero he de admitir la comodidad de tomar rizos (disminuir la superficie bélica con viento moderado), con este tipo de vela.

Muy pronto el viento comienza a subir, y descubrimos que el Génova es quizás demasiado grande para este velero, pues con "sólo" 16-18 Kn de viento aparente ya tuvimos que coger el primero de los rizos.

Y comienzan las sensaciones:

Borregitos en el Mar:
Se empiezan a ver a partir de los 12-13 nudos de viento. Las crestas de las olas rompen llenado el mar de pequeños "borregitos". Leche, cómo me gusta verlos cuando voy en crucero y qué poco me gusta cuando navego con el catamarán en castefa.

Qué día, que viento, que mar. Por favor que no se acabe...
Cojo el timón y el mando de la nave. Ceñimos el viento hasta llegar a un pedazo de buque que está fondeado en la entrada del Puerto de Barcelona. Tiene cuatrocientos mil containers y es inmenso.

Le pasamos por popa o por proa?. Por popa es seguro, pero por la proa, no se, no se.
Un velero que nos precedía, se avanza a nosotros y ciñe casi contra el viento (qué bonito va). Nosotros, navegando a 60º decidimos ceñir y llegamos a 30º y seguirle un rato. Pasamos seguro por proa, pero el principio de todo buen navegante ha de ser la seguridad, por lo que decidimos virar y volver a poner rumbo a Ibiza (SE) (lástima que no hubiese tiempo para navegar hasta allí).

Con el timón en las manos, puedo notar como el viento sigue subiendo, con rachas de 14 a 19 nudos, llegando más tarde a los 24. El barco se va de orzada una barbaridad cada vez que le entra la racha y el timón casi no responde. La escora aumenta, la tripulación de agarra donde puede y el barco responde.
Así que decidimos poner un rizo más en el Génova pero no tocamos la mayor.

La trasluchada:
Para el no iniciado, la trasluchada es virar por popa. Es posiblemente la maniobra más peligrosa con viento ya que la botavara ha de pasar de un lado a otro del barco. Con un viento aparente de 20 nudos, ya hay que hacerla con sumo cuidado, pues con este viento pude romper la jarcia si la botavara golpea con violencia.

Me di cuenta que la persona que llevaba el timón en ese momento tiene más peligro que una serpiente de cascabel debajo de la almohada, ya que dijo textualmente "trasluchamos" y antes de que nadie pudiera reaccionar pasó de un lado a otro dando la botavara un golpe tremendo y pasándome a pocos centímetros de la cabeza.

Repito, el principio de prudencia siempre ha de estar presente en el mar y este tripulante, que además de no tener tiene ni título ni experiencia, no tiene dicho principio.
Lo primero que aprendes cuando te sacas cualquier licencia de navegación son las prioridades de seguridad:

1- Seguridad de las personas
2- Seguridad del barco

Una vez digerido el pequeño incidente, seguimos navegando y disfrutando de unos de los días más bonitos para navegar que recuerdo en la costa de Barcelona. Mucho viento, Mucho sol y poco mar
Qué más se puede pedir?.

Manel




lunes, 27 de diciembre de 2010

Buenos días

Hey!!! Hola
Cómo estas?
Sólo unos días sin verte y te echaba de menos ya.
Espero no despertarte, aunque el sol pronto nos mirará.
Me encanta ver como te desperezas, rizando tu piel de mar.

Buenos días cariño
Qué vamos a hacer hoy?
Te apetece caminar? trotar? o quizás cabalgar?
Sabes que sobre tus lomos yo no me puedo negar.

Buenos días Mediterráno, mejor que despiertes ya
pues con esta ligera brisa te debo navegar.
Buenos días mi vida,
buenos días mi querida mar.