domingo, 26 de junio de 2011

12 millas

22,22 Km. son 12 millas.

Quizás no parezca mucha distancia en tierra, pero en el mar, es suficiente para perder de vista la costa.
Ni las torres Maphre, ni la torre Agbar, ni Monjuic o el Tibidabo son tan altos como para dejarse ver a dicha distancia.
12 millas es el límite de navegación de un Patrón de embarcación de recreo.
12 millas es donde acaban las aguas territoriales españolas, es decir, donde nuestro país deja de ejercer una total soberanía. Que no es lo mismo que la zona económica, la cual dista 200 millas de la costa aunque en el Mediterráneo, no está definido.
12 millas es la distancia donde, legalmente, se considera "alta mar".
12 millas es donde comienza la llamada "zona contigua". Esta zona fue establecida a nivel internacional para la prevención de delitos.

El día 25 de junio decidí "ir" a visitar la línea de las 12 millas.
Buena previsión de día, de sol, y de viento. Una buena oportunidad para estrenar el recién asignado "Caballero Cid". Hermano gemelo del Nanna 1 y que será en adelante mi nueva montura.
Desgraciadamente la vela de proa tenía roto el tensor de la baluma y no podríamos desplegarla en su totalidad.
Dani, Ester y Diego me acompañarían en tan osada aventura.
(si bueno, son sólo 12 millas, pero seguro que Colón, Magallanes, o Cook empezaron así).

Salimos de puerto a las 8:00 HRB u sease, a las 10:00 Hora cristiana. Algún día alguien me explicará porqué la hora en el mar es la hora de Uso y en la tierra la hora que le da la gana al gobierno.

Mi tripulación, un tanto inexperta pero con unas ganas locas de pasarlo bien.
Justo dejar por babor el espigón de entrada del puerto de Barcelona, desplegamos la Mayor y ponemos rumbo 127º (directo al puerto de Túnez). Desenrollamos el Génova a 3 cuartos, pues un tremendo roto en la baluma hacía poco aconsejable desplegarla por completo sin poner en riesgo la integridad de la vela. Y, por fin, paramos el motor.

La vela mayor tiene forma de triángulo. Sus tres lados se denominan Gratil, Pujamen y Baluma. La Baluma es la hipotenusa de la vela.

Un garví fantástico (viento térmico procedente del SW) y un sol espléndido, presagiaban el día que nos esperaba.

Con un viento tan constante, y la mar plana, lo mejor que puedes hacer en un velero es poner el piloto automático y disfrutar de la singladura.
Y así lo hicimos, con la firme decisión de llegar a la línea de las 12 millas.

No me acostumbro, siempre me ocurre lo mismo. No puedo dejar de mirar al horizonte. La tierra.....
pero qué más da la tierra ahora.
Fussss, fussss, fussss. Es el sonido del casco cortando las olas. No puedes, no debes oír nada más. Es fantástico.
Como siempre, vas dejando una estela de espuma, estrés, mala sombra y malos ratos.
Y sonríes.

A las 12:00 HRB llegamos al punto 41º 14,28´ N.- 2º 23,93´E. Que desilusión, no hay nada. Ni un muro, ni un peaje, ni una línea blanca, ni una alambrada.
Claro, en el mar, no hay de estas cosas como en la tierra. Cuando navegas no existen barreras mas que tus propias limitaciones. Ojalá fuese igual en tierra firme.

Barcelona ya no está. Ha desaparecido en la bruma del horizonte. Si, esta vez el Horizonte tiene 360º.
Mi tripulación, cansada de tomar el sol, patatas fritas y bocatas, decide intentar batir el récord de agnea. Paramos el barco y plegamos velas. Hay que "bañarse" en alta mar.
Profundidad de sonda 400 mts. (como para tocar con la cabeza al suelo durante el salto). Un cabo atado al salvavidas, garantiza que no tendremos que arrancar el motor para recoger a alguien.
Dada la prudencia que ha de caracterizar siempre a un buen patrón, decido no bañarme y quedarme en el barco mientras toda la tripulación, es decir, los tres elementos en cuestión, disfrutan de un baño único a 22,22 km de la costa en un agua azul turquesa, limpia, transparente y a su temperatura ideal.
Seguro que tardarán en olvidar este baño.

De nuevo a bordo. Decido poner en práctica mis conocimientos de navegación, recién adquiridos durante el curso de patrón de Yate.
No usaré el GPS pero si las cartas de navegación. En este caso, electrónicas claro. Seguro que el Capitán Cook, hubiese dado un ojo de su cara por tener un Ipad. Pues que hubiese ingresado su nómina en el BBVA como lo hice yo.

Rumbo 305º, distancia a la bocana del puerto, 12 Millas náuticas. Viento SSW 15Kn a 60º de aparente.
QUE MARAVILLA!!!!.
El viento térmico mantuvo su dirección todo el día y fue incrementando durante la tarde, llegando a puntas de 20 nudos. Lo que nos llevó 4 horas de ida, se convirtió en 2h 30 minutos por la tarde.

Los cálculos fueron certeros y llegamos a la entrada del puerto de Barcelona sobre las 5 de la tarde.
Cansados y tostados, nuestros ojos y sonrisas delataban el día que acabábamos de pasar. Con la satisfacción de haber cumplido nuestra misión llegar a....

12 millas

Lo mejor del día, sin duda:
El mar y la compañía.

PD:
Eché mucho de menos a las niñas. Ellas son mis velas en tierra y me hubiese gustado compartir este día con ellas
Seguro que habrá muchos días así en el futuro donde las
veré cazar el génova (espero ya cosido) a mi lado mientras ponemos rumbo de nuevo al horizonte.


Buen viento
Manel.