domingo, 9 de enero de 2011

Nanna 1

Bonito nombre para un barco, aunque para ser sincero, no se lo que significa. En todo caso lo importante del Nanna 1 es que es un precioso velero de 36 pies (unos 11 mts) despachado para 12 millas y que en lo sucesivo, será la montura con la que cabalgaremos el Medirerráneo por la zona costera de Barcelona.

El día 8 de Enero se preveía como un día soleado con un viento moderado del SW, lo que en Cataluña conocemos como "garvi", y así fue.
Ya en la salida de la bocana del Puerto de Barcelona, pues el Nanna 1 está amarrado en la Marina Port Vell, se presumía el espléndido día que nos esperaba. Unos 10 nudos de viento aparente a las 10 de la mañana es un buen presagio.

Tomamos rumbo SE con viento del SW y navegamos durante unas 7 millas amurados a babor, haciéndonos con el barco y con los aparejos. Aunque es la primera vez que navego con el Nanna 1, no es la primera vez que lo hago con un Janeau, y tampoco es la primera vez que lo hago con la vela mayor enrollable.

Reconozco que el izado tradicional me atrae más que el enrollable, pero he de admitir la comodidad de tomar rizos (disminuir la superficie bélica con viento moderado), con este tipo de vela.

Muy pronto el viento comienza a subir, y descubrimos que el Génova es quizás demasiado grande para este velero, pues con "sólo" 16-18 Kn de viento aparente ya tuvimos que coger el primero de los rizos.

Y comienzan las sensaciones:

Borregitos en el Mar:
Se empiezan a ver a partir de los 12-13 nudos de viento. Las crestas de las olas rompen llenado el mar de pequeños "borregitos". Leche, cómo me gusta verlos cuando voy en crucero y qué poco me gusta cuando navego con el catamarán en castefa.

Qué día, que viento, que mar. Por favor que no se acabe...
Cojo el timón y el mando de la nave. Ceñimos el viento hasta llegar a un pedazo de buque que está fondeado en la entrada del Puerto de Barcelona. Tiene cuatrocientos mil containers y es inmenso.

Le pasamos por popa o por proa?. Por popa es seguro, pero por la proa, no se, no se.
Un velero que nos precedía, se avanza a nosotros y ciñe casi contra el viento (qué bonito va). Nosotros, navegando a 60º decidimos ceñir y llegamos a 30º y seguirle un rato. Pasamos seguro por proa, pero el principio de todo buen navegante ha de ser la seguridad, por lo que decidimos virar y volver a poner rumbo a Ibiza (SE) (lástima que no hubiese tiempo para navegar hasta allí).

Con el timón en las manos, puedo notar como el viento sigue subiendo, con rachas de 14 a 19 nudos, llegando más tarde a los 24. El barco se va de orzada una barbaridad cada vez que le entra la racha y el timón casi no responde. La escora aumenta, la tripulación de agarra donde puede y el barco responde.
Así que decidimos poner un rizo más en el Génova pero no tocamos la mayor.

La trasluchada:
Para el no iniciado, la trasluchada es virar por popa. Es posiblemente la maniobra más peligrosa con viento ya que la botavara ha de pasar de un lado a otro del barco. Con un viento aparente de 20 nudos, ya hay que hacerla con sumo cuidado, pues con este viento pude romper la jarcia si la botavara golpea con violencia.

Me di cuenta que la persona que llevaba el timón en ese momento tiene más peligro que una serpiente de cascabel debajo de la almohada, ya que dijo textualmente "trasluchamos" y antes de que nadie pudiera reaccionar pasó de un lado a otro dando la botavara un golpe tremendo y pasándome a pocos centímetros de la cabeza.

Repito, el principio de prudencia siempre ha de estar presente en el mar y este tripulante, que además de no tener tiene ni título ni experiencia, no tiene dicho principio.
Lo primero que aprendes cuando te sacas cualquier licencia de navegación son las prioridades de seguridad:

1- Seguridad de las personas
2- Seguridad del barco

Una vez digerido el pequeño incidente, seguimos navegando y disfrutando de unos de los días más bonitos para navegar que recuerdo en la costa de Barcelona. Mucho viento, Mucho sol y poco mar
Qué más se puede pedir?.

Manel




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